Para los fans

Para los fans

21 de febrero de 2014

11

Molly me llama en camino a trabajo el siguiente día, para nuestra plática diaria. No puedo evitar sentirme mal por June Hearne ya que obviamente he acaparado su momento matutino de chisme, aunque no tengo duda de que Molly estará al teléfono con ella para decirle cualquier cosa interesante que yo haya dicho, así que probablemente hace sus llamadas más interesantes.

‘Así que ¿cómo fue verlo en el escenario?’ pregunta.

‘¡Impresionante! Honestamente Molly, ¡nunca había visto algo así! ¡Toda la obra fue increíble!’

‘¿Mejor que el grupo de teatro amateur local?’

‘Solo un poco,’ río. ‘Aunque hubo algunas partes interesantes…’

‘¿Interesantes?’ pregunta.

‘Sí.’

‘Eso no suena bien.

‘No, estuvo bien, simplemente vi un poco más de él de lo que pensé que vería.’

‘Oh…’ Molly dice sorprendida.

‘¡Sólo su trasero!’ digo, sintiendo la necesidad de aclararlo en caso de que Molly empiece a decirle al mundo que Billy sacó su cosita en el escenario.

‘Oh, ¿eso es todo? Creí que te referías a la parte frontal. Bueno, no me hubiera importado ver eso.’

‘¡Molly!’ me río.

‘Me refiero a la obra… ¡obviamente!’ dice con una carcajada. ‘Puedo cerrar los ojos en esa parte, si quieres, aunque piénsalo antes de arruinarle la diversión a una vieja. De cualquier modo, ¿cómo estuvo el resto de la noche?’

‘Si, bien.’

‘¿Cómo eran las personas?’

‘Bastante agradables. Digo – todos conocen a todos.’

‘¿Te sentiste un poco fuera de lugar?’

‘¿Cómo adivinaste?’ me río. ‘Todos es tan antipático.’

‘Oh, sí, pero eso cambiará con el tiempo. Aún no te conocen, cariño.’

‘También conocí a su manager.’

‘¿Cómo es?’

‘No creo que le agrade.’

‘¿En serio?’

‘Sí, es un poco frío conmigo. Como si estuviera preocupado de que fuera a corromper a su mejor artista o algo así.’

‘¿Tú? ¿Corromperlo?’ Molly se ríe a carcajadas.

‘¡Lo sé!’

‘Aunque estoy seguro de que no lo hizo a propósito, cariño. Billy ha estado con él mucho tiempo, así que no puede ser tan malo. Quizá sólo se cuida de las nuevas personas. Es un negocio difícil - ¡sólo ve cómo evolucionan las cosas!’

‘Sí. Puede que le haya buscado mucho significado,’ digo, preguntándome si eso podría ser realmente una posibilidad y si se ha despertado esta mañana arrepintiéndose de sus duras palabras. ‘Sé que es estúpido, pero también me irrita que le diga Bill a Billy. Ese no es su maldito nombre y suena tan… ¡pomposo!’

Esto hace que Molly se ría como si se hubiera vuelto loca.

Pienso en mencionarle los groseros comentarios de Paul de antes de la fiesta, pero decido no hacerlo. Podría ser que se cuida de las intenciones de la gente cuando se acercan a Billy y lo está cuidando. Le daré otra oportunidad, pienso.


Esa noche, mientras estoy en la cocina poniendo frambuesas encima de un Pavlova recién hecho, esperando a que Billy entre por la puerta después de la función, el teléfono suena.

‘¿Hola?’

‘¡Sophie!’ explota la voz de Billy.

‘¡Hey! ¿Dónde estás?’ pregunto.

‘Los chicos sugirieron que saliéramos por un trago. Ya sabes, para que podamos relajarnos ya que pasó la Noche de Prensa.’

‘Oh…’ digo, mirando desdeñosamente al fructuoso Pavlova frente a mí, que sin duda alguna, será un desperdicio. ‘Suena como una buena idea.’

‘Bueno, hemos visto un par de críticas y a que no adivinas qué – ¡generalmente nos han dado cinco malditas estrellas!’

‘¡Wow! ¡Felicidades!’ celebro. ‘Pero creí que loe habías dicho a Paul que no ibas a ver las críticas,’ digo, un poco agitada de que de alguna manera, Paul haya ganado.

‘No íbamos a leerlas, pero la mamá de Ben lo llamó cuando estábamos preparándonos para subir al escenario. Estaba tan emocionada que podíamos escucharla chillando en el teléfono. Una vez que supimos que eran buenas noticias, decidimos que no nos haría mal leerlas, así que revisamos algunas en línea. ¡Son brillantes! Esa es otra razón por la que decidimos que debíamos salir, para que pudiéramos celebrar las buenas noticias.’

‘¿Qué dijeron las críticas?’
‘Básicamente, que todos amaron la obra y la encontraron emocionante, conmovedora y sexy. Ooh, y uno dijo que yo era una agradable sorpresa y que lo único decepcionante era que no hubiera hecho obras de teatro antes,’ dice orgullosamente.

‘Bueno, ¡eso es increíble! Felicidades,’ digo. ‘¡Con razón quieres celebrar!’

‘¡Ven!’ me dice de pronto.

‘¿Qué?’ me río, viendo mi piyama morada cubierta de pequeños dibujos de pingüinos.

‘Ven con nosotros.’

‘Oh, cariño…’ dudo, considerando la idea. ¿Debería correr a cambiarme de ropa, ponerme un poco de maquillaje y alcanzarlo? Obviamente, sería lindo pasar un tiempo con él fuera del departamento, y sería genial conocer al resto de la producción después de sólo hablar brevemente con ellos anoche cuando nos íbamos, pero tengo trabajo mañana. Además, nunca he sido buena en ser espontánea. Si me lo hubiera pedido antes, incluso en el intervalo de la obra, entonces quizá habría lo habría hecho, pero la idea de cambiar mis planes de repente, me pone inexplicablemente nerviosa. ‘Lo siento Billy, pero ya estoy lista para ir a la cama.’

‘¡Ven en piyama! ¡Te ves linda así!’

‘Nah…’ respondo, decidiéndome. ‘Pero gracias. Sólo diviértete con todos. De cualquier modo tengo que despertarme a las 7 para trabajar.’

‘¿Estás segura? Te prometo que no durará mucho. Probablemente sólo tomaremos un trago o dos. Creo que todos siguen cansados de anoche.’

‘Está bien. Te veré cuando llegues.’

Cuando cuelgo el teléfono después de despedirme, el departamento se siente más solitario y silencioso que antes. Me quedo parada ahí por un rato, sintiéndome perdida e insegura de qué debería hacer. No tengo ganas de ver televisión o leer un libro. No tengo ganas de hacer nada. Me siento desinflada. Me siento vacía.

Recorro el departamento, viendo objetos que me rodean. Casi todo son cosas de Billy, todas en el mismo lugar en el que estaban la primera vez que lo visité. Traje algunas cosas conmigo cuando me mudé, una lámpara para leer, una pila de libros y un par de fotos, pero no quería invadir el espacio de Billy. Sé que es tonto, pero simplemente no quería empezar a mover sus pertenencias para hacer espacio para las mías. No quería que pareciera que me estaba adueñando del lugar.

Aunque Billy insistió en que lo hiciera. Quería que también lo sintiera como mi hogar, y no sólo como un lugar en el que me estaba quedando. Pensó que me ayudaría a asentarme aquí. Viendo ahora la habitación, desearía haberlo escuchado. Aunque, ¿las cosas me harían sentirme mejor? No estoy segura de que incluso ver a mi amado Mr. Blobby abrazable sería capaz de ayudarme a sonreír en este momento.

Puse una cubierta de cristal sobre el Pavlova y lo deje afuera para que Billy lo vea cuando llegue a casa. No dudo que comerá un pedazo antes de venir a la cama. Me serví un vaso de agua y fui a la habitación en donde me metí bajo las sábanas y cerré los ojos, ignorando la soledad que inquieta a mi corazón.


Soy despertada por el sonido de risas. Agudas. Risas. Arrastrándome fuera de mis sueños.

Abro los ojos un poco, y encuentro la oscuridad de la habitación. Es tarde.

Una revoltura de voces empiezan a hacer eco en el pasillo hacia la habitación. Mucha gente, todos hablando al mismo tiempo en un tono animoso.

¿Qué está pasando?

¿Quiénes son todas estas personas que han interrumpido mi sueño?

¿Por qué están aquí?

Mi somnolienta mente no puede lidiar con la inesperada conmoción y lentamente empieza a formar una explicación.

Billy.

Ha decidido traer gente al departamento.

¿Por qué haría eso cuando le dije que necesitaba levantarme temprano en la mañana? Me giro para ver la hora; son las dos de la mañana. ¿A qué está jugando Billy?

La puerta de la habitación se abre lentamente, dejando entrar luz brillante del pasillo, irritándome aún más. Por alguna razón, Billy decide arrastrarse a gatas por la habitación, subirse a la cama y ponerse sobre mi rostro.

‘¿Qué estás haciendo?’ pregunta en un susurro infantil – claramente decidió tener un par de tragos más de los que prometió.

‘¡Dormir!’ digo, esperando que mi aburrido tono le haga saber que no estoy impresionada.

‘¡Ja! ¡No es cierto!’

‘¿Billy? ¿Qué está pasando?’ pregunto, deseando seguir dormida mientras mi rostro se niega a relajar mi ceño dormilón.

‘¡Oh, cariño! Dijiste que no querías salir así que pensé en traer la fiesta a casa. ¡Ahora te puedes quedar en piyama.’

‘Pero tengo que despertarme en un par de horas.’

‘¿Y?’

‘¿Y? Billy, ¡necesito dormir!’

‘¡Pero sólo es Coffe Matters!’

Sé que tiene razón. Sé que mi trabajo en el maldito Coffe Matters no es el mejor trabajo, pero aun así sus palabras me molestan. ¿Por qué mi trabajo tiene que ser menos importante que el suyo?

‘Andaaaaaaaaaaa…’ ruega, jalándome del brazo tratando de que lo acompañe.

‘¡Billy, dije que no!’ suelto mientras aparto mi brazo y lo meto bajo las sábanas.

‘¡Pero estás siendo tan aburrida! Solo quiero que nos divirtamos. ¿Por qué no nos dejas divertirnos juntos?’

No respondo. En vez de hacerlo, cierro los ojos y dejo mi mandíbula cerrada, tratando de bloquear sus palabras de borracho.

‘De acuerdo. ¡No te preocupes de nada!’ masculla mientras rueda fuera de la cama y sale por la puerta, dejándola totalmente abierta.

¿He enloquecido? ¿Es algo encantador el que Billy viniera para que me pudiera unir a ellos? ¿O sólo es algo egoísta y desconsiderado cuando él sabe que necesito dormir? Pero es el departamento de Billy. No puedo quejarme y empezar a imponer reglas en el lugar… ¿o si puedo?

Juzgando por el sonido que viene de la otra habitación, Billy no ha decidido pedirles a todos que se vayan. Puedo escucharlos riendo, hablando y cantando, sin importarles que hay una persona tratando de dormir en la otra habitación.

Me quedo acostada por un rato, tratando de bloquearlos, pero no sirve de nada. No puedo dormir sabiendo que hay otras personas en el departamento – especialmente porque probablemente saben que estoy aquí eligiendo quedarme en la habitación en vez de salir a verlos.

¡Argh!

Salgo de la cama, veo mi rostro en el espejo para revisar que no esté horrible e hinchado por estar dormida, y me abro camino hacia la sala.

Billy y otras cuatro personas están desparramados en los sillones – sus brazos y piernas encima de las de los otros como si fueran algún tipo de pintura renacentista. Los reconozco a todos de la obra. En un sillón James, alto y rubio con el rostro de un ángel, tiene una copa de vino en su rodilla mientras se recarga en Ben, cuerpo de atleta y con la voz más elegante que he escuchado. Ben tiene sus piernas sobre Fiona, la más joven del grupo, quien fuma un cigarro mientras come una gran porción del Pavlova de frambuesa que dejé afuera. No sé cuál de las dos actividades me molesta más.

En el sillón de enfrente está Ruth, la chica rubia que mueve su cabeza frente a la hombría de Billy al inicio de Remojado. Tiene su cabeza en el regazo de Billy, mientras él recarga su brazo en su cuerpo y su mano está en su muslo. Su cercanía hace que me retuerza por dentro y que me sienta incómoda. Parecen una pareja. Tengo la repentina urgencia de arrastrar a Billy a la habitación y preguntarle a qué cree que está jugando, pero no lo hago. Hay gente aquí. No quiero hacer una escena y parecer una novia loca.

‘Hey…’ dice James, fijándose en mí, y haciendo que todos miren hacia mí.

Nadie salta para reacomodarse – todos se quedan en sus cómodas posiciones, como si nada estuviera mal ni fuera inapropiado el modo cariñoso en el que se sientan. Quizás no es inapropiado. Quizá mi incomodidad dice menos sobre sus modos teatrales y más sobre mi inhabilidad a ser abierta y libre.

Billy me ve con una gran sonrisa – llena de inocencia, ‘¡Has decidido unirte a nosotros!’

‘No te despertamos, ¿cierto?’ pregunta Ruth, girando y poniendo su mano en la rodilla de Billy.

‘Bueno –‘ empiezo.

‘¡Este pastel es delicioso!’ dice Fiona, comiendo otro pedazo. ‘¡Honestamente, creo que jamás he comido algo tan sabroso en toda mi vida!’

Le sonrío. Puede que haya comido algo que no era para ella – pero al menos lo disfruta.

Me paro ahí con todos ellos viéndome, insegura de qué hacer o decir. ¿Debería ir con ellos a recostarme en el sillón – quizá acurrucarme con James o Ben?

Temblando con ese simple pensamiento, hago lo que mejor sé hacer.

‘¿Les puedo ofrecer una bebida? ¿Té? ¿Café? ¿Algo de comer?’

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